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Artículo de lectura

Hoy hablaremos de un libro del escritor y economista español Fernando Trías de Bes, titulado “El libro negro del emprendedor” en cual se detallan diversas causas o factores claves de fracaso de empresas y emprendimientos. Comenzamos con este ejemplar porque no es un típico libro que habla de teorías e historias de éxito en el emprendimiento, sino todo lo contrario. En este libro se discuten temas que han provenido de la experiencia, análisis y entrevistas de muchos emprendedores en diversos sectores, sobre todo de aquellos que tienen la estructura de una microempresa conformada por pocas personas. El autor menciona que este libro aborda lo que no se dice en casi ninguno de ellos, por estar «mal visto».

Recomiendo este excelente libro porque aparte de ser un libro muy ágil y ameno de leer, les confieso que la mayoría de los conceptos se han comprobado y aplicado en situaciones reales en los diversos emprendimientos que he hecho a lo largo de mi carrera. Enseguida les presento un resumen aglutinado en 11 causas que pudieran causar el fracaso de un emprendimiento. En el debate que se haga a través del blog o redes sociales, abordaremos cada punto desde una perspectiva artística y pensando en su aplicación en el área de las artes, esperando les sea de utilidad.

Nota: El siguiente extracto proviene directamente de la fuente original del libro al igual que su autoría.

¡Comencemos!

 

 

PARTE 1 – ¿EMPRENDEDOR O PROBADOR DE FORTUNA?

El autor denomina los 15 motivos “lamentables” para emprender un negocio:

  1. Estar en paro y tener que salir adelante.
  2. Odiar al jefe.
  3. Odiar la empresa.
  4. No depender de ningún jefe (no soporta recibir ordenes).
  5. Compatibilizar la vida personal y profesional.
  6. Tener libertad de horario.
  7. Gozar de potestad para decidir cuáles son los días de vacaciones.
  8. Ganar más dinero que trabajando por cuenta ajena.
  9. Querer recuperar el patrimonio que perdió́ la familia.
  10. Demostrar algo a los demás.
  11. Demostrarse algo a uno mismo.
  12. Demostrar algo a los padres.
  13. Hacerse rico, dar un pelotazo.
  14. Contribuir al desarrollo de la región.
  15. Dedicarse a un tema que gusta y al cual no es posible dedicarse si no es emprendiendo.


Causa de fracaso 1:  Creer que la idea de negocio es suficiente para que sea un éxito
La idea de negocio no es un motivo. Además de la idea, cualquier otro motivo para emprender, entendido como detonante, es irrelevante. Lo importante es la motivación, es decir, si está suficientemente ilusionado con el hecho de emprender. El autor menciona que un motivo es un detonante, es una causa. Por ejemplo, ser despedido es un motivo, pero no asegura motivación suficiente para emprender un negocio. Las verdaderas motivaciones son: la ilusión y el deseo de emprender per se, como modus vivendi.

Causa de fracaso 2: No tener madera de emprendedor(a)
Emprender no es una acción puntual, no es un lance de juego. Emprender es una forma de vida. El verdadero emprendedor necesita y abraza la incertidumbre. Si la incertidumbre te vence, piénsalo. El auténtico emprendedor disfruta emprendiendo, el acto de emprender es un medio y un objetivo al mismo tiempo. Un rasgo que caracteriza a los auténticos emprendedores es que no contemplan la posibilidad del fracaso. El amor a la incertidumbre y el placer por la propia actividad emprendedora proporcionan tanto el motor como el combustible que mueve al emprendedor: la ilusión. No es que los emprendedores estén ciegos o sean ilusos. Seguramente no lo son y sus dosis de realismo son elevadas. En otras palabras, el autor hace notar que Si ahora ya se sabe que no se podrá a ser capaz de adaptarse a esa incertidumbre, habría que re-plantearse si el negocio que se piensa sería una buena idea.

Causa de fracaso 3: No ser un luchador(a) para enfrentar las adversidades
Los resultados que se obtienen nunca coinciden, para bien o para mal, con las expectativas. Eso siempre genera problemas. El camino del emprendedor está lleno de imprevistos y errores. Esto puede obligarte en ocasiones a redefinir radicalmente el negocio, con todo lo que ello conlleva. No hay emprendedor o profesional que no haya cometido un gran error en su vida. Otra cosa es que lo reconozca o quiera explicarlo en público. Cuando uno plantea un nuevo negocio, encontrará que su idea tendrá́ que ser ajustada, adaptada, parcialmente modificada, o incluso, como en el caso anterior, redefinida. Surge entonces una sensación: ¡es que yo no quería un negocio así́! El salvoconducto exige supeditarse a lo que el negocio debe ser o es más conveniente que sea, aunque no sea lo que nos gusta. Ser luchador constituye un salvoconducto para las personas que no tienen madera de emprendedor. El espíritu luchador suele ser consecuencia de unas circunstancias y una educación determinadas. Pero si no se tiene, puede desarrollarse.

PARTE 2 – LOS SOCIOS

El autor dedica toda una parte del libro para los colaboradores o socios que se pueden tener en un nuevo emprendimiento. Asimismo, señala que los socios son el recurso más caro del mundo.

Los emprendedores noveles tienden a iniciar su negocio con otros socios en un porcentaje mucho más elevado que cuando se trata de una segunda o tercera iniciativa empresarial. El autor señala que el motivo principal por el cual el emprendedor novel se asocia es éste: miedo. Los emprendedores inexpertos buscan compañeros de viaje más por el miedo, la aversión al riesgo y el querer sentirse acompañados que por verdadera necesidad.

Causa de fracaso 4: Tener socios cuando en realidad no hacen falta para desarrollo del negocio
La mayoría de las veces la gente se asocia por miedo; otras veces, como medio de conseguir recursos que, a corto plazo, salen gratis, pero que a largo plazo son los más caros de todos. Emprender implica cierta soledad, pero esa soledad te dará́ velocidad y libertad para imponer TUS decisiones e intuición. Asóciate sólo cuando requiera algo que no pueda conseguir de otro modo. Y, preferentemente, cuenta sólo con socios capitalistas; no se asocie para compartir trabajo.

Causa de fracaso 5: Escoger mal a los socios
Los criterios más importantes para escoger socios son, por este orden: honradez y valores alineados con los tuyos (esta primera condición es excluyente); en segunda instancia, complementariedad con tu carácter y sus competencias; que sean personas que realmente aporten valor. Es fundamental hablar y explicar cuál es la ambición que se persigue con el proyecto y que esta ambición esté plenamente compartida sin ningún tipo de duda.

El autor menciona que escoger socios es muy parecido a seleccionar a las personas con quienes dar la vuelta al mundo en un submarino. No te asocies con alguien que no conozcas bien. Solo busca trabajar con personas que compartan los mismos valores sobre la vida. Otro elemento a cuidad es la complementariedad. Se ha comprobado que las empresas de dos socios que han prosperado estaban compuestas por personas de caracteres distintos, pero complementarios. Por ejemplo: uno analítico, cerebral, tranquilo y metódico; y otro visceral, audaz, nervioso y creativo.

Causa de fracaso 6: No saber qué le toca a quién si el negocio tiene que cerrar sus puertas
El primer pacto que hay que hacer es cómo proceder el día en que alguno de los socios decida desvincularse del negocio. El modo más justo de separarse revela el modo más justo de asociarse. No inventes cosas raras a la hora de decidir qué porcentaje tendrá́ cada socio. Los activos y el dinero entregados a la empresa han de valorarse por su precio justo y se convierten en acciones. El trabajo se remunera con sueldo.

Un clásico error es valorar todo por igual y a un mismo precio, es decir, mezclar los conceptos que definen lo que cada persona aporta. No vale lo mismo la idea, el local o el tiempo de trabajo. Las aportaciones dinerarias se valoran en acciones. Los activos que uno entrega se valora en acciones del negocio. Y si no aportas ni dinero, ni activas, probablemente aportas trabajo, y ese trabajo tiene un valor puesto por el mercado. “Yo pongo dinero y tú pones trabajo, y al 50 por ciento cada uno.” ¡No!

Causa de fracaso 7: La falta de confianza con los socios
Las desavenencias entre socios siempre aparecerán. Suelen guardar relación con (la percepción de) cuánto negocio, clientes o esfuerzo aporta uno respecto al otro. La peor fuente de desavenencias son las desconfianzas en cuanto a la fidelidad. Otras causas menos sangrantes (pero que acaban siendo importantes) tienen que ver con el estilo y la apariencia que se quiere dar al negocio. Pactado todo es necesario, pero aún más importante es tener confianza y libertad para plantear cualquier, repito y subrayo, cualquier, tema a sus socios. Los objetivos personales acaban siempre influyendo sobre los objetivos de negocio. Y no es un tema de malas intenciones. Uno de los problemas más comunes es que cuando un socio empieza a querer hacer algo distinto tiende a ocultarlo. No es por engaño, sino por temor a defraudar a sus socios. Sin comunicación diaria y sincera, no hay asociación que perdure más allá́ de cinco años.


PARTE 3 – SOBRE ESA GRAN IDEAS QUE DECÍAS QUE TENÍAS

Causa de fracaso 8: Pensar que la idea del negocio es lo único necesario para tener éxito
Nunca ponga todas sus esperanzas en la idea. Lo importante no es la idea, sino la forma de la idea. Solo podrá́ averiguada hablando y mostrando su idea al mayor número de personas posible. No te centres en qué va a vender, sino en por qué los clientes te van a comprar. A toda idea le corresponde no sólo una forma que la hace ganadora, sino también un modelo de negocio que la hace viable. Es fundamental diseñar ambas cosas. Normalmente, la idea es inmutable y la forma de la idea varia a lo largo del tiempo. Hay que tener flexibilidad y humildad para modificar la idea tanto al inicio de las actividades como durante las mismas, cuando los indicios lo recomiendan.

Según el autor, más vale una idea mediocre brillantemente implementada que una idea brillante mediocremente implementada. Crear un modelo SOSTENIBLE es vital para que el emprendimiento tenga éxito. Toda idea tiene uno o varios modelos de negocio que la hacen sostenible. Pero también cada idea tiene uno o varios modelos de negocio que la hacen inviable. Dicho de otro modo, hay muchas ideas que, sin cambiarlas, pero con otro modelo de negocio distinto, no hubiesen fracasado.


Causa de fracaso 9: No conocer el mercado ni el sector del negocio
Emprende en sectores que conozcas. Si no los conoces, dedica tiempo a conocerlos o rodeándote de personas de ese sector. Por lo general, para no fracasar hay que aportar algo nuevo al sector de actividad en el que uno se introduce, y eso sólo puede hacerse sabiendo qué reglas se están rompiendo y no desde el desconocimiento o la ingenuidad. La elección del sector de actividad en el cual emprenda ha de ser el resultado de una decisión consciente, nunca la con secuencia aleatoria de una idea de negocio.

Son muchas las ocasiones en las que un emprendedor se obsesiona con una idea determinada que captura su atención. La idea pasa por encima del atractivo del sector o del grado de conocimiento que el emprendedor tiene de éste.  Si no conoce o no ha trabajado en el sector donde emprende, las posibilidades de éxito se reducen. ¿Por qué? Porque uno desconoce si está redefiniendo las reglas del sector. 

Causa de fracaso 9: No escoger en sectores que tengan auge o en los que se proyecte un crecimiento o poco atractivos
Un emprendedor, cuando pone en marcha un negocio en una industria, lugar geográfico y momento del tiempo está, literalmente, rodeándose de unas circunstancias determinadas. El autor señala que puede que el emprendedor más mediocre en un sector que vale la pena no coseche éxitos, pero está demostrado que el emprendedor más brillante y hábil, en un sector poco adecuado, tampoco prosperará. El autor recomienda que el sector tenga las siguientes características: Muestra de crecimiento, rentabilidad, nivel de competitividad, requerimientos de inversión, el momento económico externo que impacte al sector, y el lugar geográfico en el que se encuentre el negocio.

PARTE 4 – NO TENERE NIF EN LA CAMA DE MATRIMONIO

En esta parte del libro, el autor resalta la línea delgada entre emprendimiento y la situación personal del emprendedor.

Causa de fracaso 10: No diversificar los ingresos familiares durante el inicio del negocio
Toda empresa puede precisar cierto tiempo antes de producir beneficios. El emprendedor que comienza puede ser que necesite una cantidad de dinero cada mes, no ya para colmar sus aspiraciones, sino para subsistir, para vivir: hipoteca, gastos corrientes, colegios, seguros, etc. Es preferible no emprender hasta no contar con un colchón que permita cubrir nuestras necesidades personales mientras el negocio arranca. Y, para ello, hay que ahorrar el tiempo que haga falta antes de lanzarse a la aventura. Usualmente, muchos emprendimientos suceden en pareja o con apoyo de familiares. Por lo tanto, es muy arriesgado emprender sin ahorros, y cuando la pareja no trabaja o no tiene un empleo medianamente estable. Ahorrar primero y emprender después es siempre mejor que emprender sin ahorros y tener que trabajar por cuenta ajena luego para devolver el dinero perdido. Las necesidades personales del emprendedor pueden arruinar un negocio. Diversifique sus ingresos para aguantar el máximo tiempo posible sin depender de su negocio. Incorpora tu sueldo en el plan de negocio y elabore éste imaginando el peor de los escenarios posibles. No vivas como un rico a las primeras de cambio. Dale margen de maniobra a su empresa.

Causa de fracaso 10: No tomar en cuenta que el emprendimiento tendrá impacto directo en nuestra vida familiar
Según el autor, una persona que busca tener un equilibrio entre su vida personal con el emprendimiento no tendrá éxito, por lo menos en los primeros meses o años en que arranca el negocio ya que define que el emprender es un contrato laboral de 24 horas al día durante 365 días al año. Una de las maravillas de emprender es que ponemos el destino o los resultados de nuestro trabajo en nuestras propias manos. Todo depende de nosotros. No estamos en una multinacional donde papá o mamá corporación van a protegernos de los errores con su músculo financiero. No hay un jefe arriba a quien preguntar cuando surgen dudas. Somos el último escalafón en la jerarquía de mando. Por encima no hay nadie más. Y eso es una gran responsabilidad. Preciosa y estimulante, pero una gran responsabilidad a la que resulta difícil acostumbrarse. Muchas personas emprenden para poder conciliar su vida personal y profesional, pero emprender es todo lo contrario.

PARTE 5 – EMPRENDER ES FÁCIL, LO DIFÍCIL ES CRECER

Crear una empresa no es tan complicado. Lo verdaderamente difícil es gestionar su crecimiento. El modelo de negocio más adecuado a la forma de tu idea es el que da beneficios más rápidamente y es sostenible a medio y largo plazo. La sostenibilidad es más importante que el crecimiento.

Causa de fracaso 11: No entender la diferencia entre emprendedor y empresario
Hay que distinguir entre emprendedores y empresarios. Al primero le gusta crear. El segundo sabe gestionar y hacer crecer el negocio y disfruta con ello. Son funciones distintas. El primero, crea, el segundo administra. Si eres  emprendedor pero no es empresario, prepara el terreno cuando detectes que se aproxima el momento de dejar de estar al frente de tu empresa. No permitas que las ataduras emocionales que te unen a tu negocio te impidan dar ese paso, si es que la evidencia demuestra que es lo mejor que puede hacer.

El autor no dice que todo emprendedor, al cabo de un tiempo, tenga que dejar la empresa que creó. Hay infinitos casos de personas que crearon y levantaron imperios, y que siempre estuvieron al frente de los mismos. Son, en estos casos, emprendedores y empresarios a la vez. Para tener éxito, hay que estar relacionados con otras habilidades como la administración de las finanzas, del recurso humano y sobre todo, saber qué tipo de decisiones empresariales son las mejores para que el negocio crezca y siga expandiéndose


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